Miami, 1 mar (EFE).- Con una cámara de comienzos del siglo XX, lentes decimonónicas y usando una compleja técnica inventada en 1851, el artista Miquel Salom está retratando las esculturas monumentales del cotizado pintor y escultor Manolo Valdés, español como él, que forman parte de la exposición "The Legacy" en Doral (Miami-Dade) para un libro que será otra obra de arte.
Hace años Salom decidió hacer un viaje a los inicios de la fotografía y hoy forma parte del selecto club de los fotógrafos que dominan y utilizan la técnica del colodión húmedo.
Creada por el británico Frederick Scott Archer, esta técnica alcanzó su máxima popularidad durante la Guerra de Secesión en Estados Unidos y se usó sobre todo para retratos.
En la segunda década del siglo XXI asombra ver a Salom realizando los 23 pasos del "colodión húmedo" y todavía más el resultado de las fotografías que por encargo del Museo de Arte Contemporáneo de Doral (DORCAM) está tomando de las obras monumentales de Manolo Valdés que pueblan los parques de esta ciudad en pleno crecimiento.
Cada fotografía de Salom es única e irrepetible, como un cuadro o una escultura.
El TIEMPO ES LA MATERIA DE LA FOTOGRAFÍA
Una gran Menina de Valdés, que es una relectura de la famosa figura del maestro del siglo XVII Diego Velázquez, colocada en un parque tropical y fotografiada con una técnica del siglo XIX se convierte en una imagen fuera del tiempo y del espacio, onírica y bella, tanto que a Salom se le escaparon las lágrimas al verla.
"La materia de la fotografía es el tiempo", dice a Efe Salom, quien precisamente ha dado el nombre de "Tempus fugit" (El tiempo vuela) a una exposición de "alumitipos", como se denominan las placas de aluminio que son el soporte de sus obras, que inauguró el pasado viernes en Deering State, al sur de Miami.
Salom realizó en 2018 una residencia en Deeering State, la inmensa propiedad de un magnate de principios del siglo XX, con el encargo de retratar "la belleza del lugar" con su centenaria cámara Deardorff de ocho por diez pulgadas (20 x 25 centímetros).
El resultado es "Tempus fugit", que debe su nombre a la frase del poeta Virgilio que Miquel Salom veía inscrita en el reloj de sol de la iglesia de su natal Santa María de Camí, en la isla de Mallorca. Esa frase se le grabó para siempre.
La fotografía es el "leit motiv" de la vida de este mallorquín que antes de remontarse a los inicios de este arte pasó 25 años realizando fotos para empresas turísticas y hoteleras.
Según cuenta, recorrió 53 países con su cámara, que entonces no era su querida Deardorff, sobre la que pasa estos días muchas horas encorvado y bajo una capa analizando, componiendo y realizando la imagen buscada. "Un verdadero gozo", dice.
A veces le lleva una semana realizar un "alumitipo", pues la técnica del colodión húmedo es compleja y para lograr un buen resultado deben darse una serie de factores, como si se tratara de "una alineación de planetas".
Ya ha hecho la mitad del trabajo, lo que significa que le quedan nueve esculturas por fotografiar para el libro que el Museo de Arte Contemporáneo de Doral, que dirige Marcelo Llobell, quiere publicar con motivo de la exposición "The Legacy", de Manolo Valdés.
La MAGIA DEL COLODIÓN SE REVELA EN AUTOBÚS
El Museo de Arte Contemporáneo de Doral le ha suministrado un autobús acondicionado como laboratorio que sigue a Salom en sus sesiones por los cinco lugares de la ciudad en los que están repartidas la obras de Valdés.
Es otra de las características del colodión húmedo. El laboratorio tiene que estar muy cerca de la cámara, pues el revelado de la placa debe empezar lo antes posible.
A bordo del "laboratorio móvil" Salom realiza todos los pasos necesarios para que la imagen llegue a su estado definitivo.
Los obstáculos e inconvenientes en el proceso son muchos, pero el principal es que el nivel de radiación ultravioleta sea el preciso. Puede haber nubes en el cielo pero deben ser densas y la radiación debe ser suficientemente alta para que la "magia" del colodión húmedo se produzca.
Salom ha enfrentado también retrasos en los suministros de los químicos que necesita a causa de la tormenta invernal que azotó Estados Unidos la semana pasada.
Tuvo que parar varios días hasta que llegó el nitrato de plata, elemento fundamental en el proceso de revelado, que se le había terminado.
Al hablar sobre su pasión por la fotografía, Salom vuelve a mencionar la fugacidad del tiempo.
"El hecho de capturar la imagen es un momento que es ya la congelación del momento que no volverá a pasar, algo en lo que no hay forma de volver atrás. La única forma es observar la fotografía", dice este artista que en algún momento de su vida también fue maestro de adultos en un instituto de Palma de Mallorca.
En sus viajes como fotógrafo turístico, Salom conoció las grandes necesidades de muchas comunidades de países latinoamericanos y decidió que su arte sirviera para aliviarlas.
"Lumen Lucernae", un proyecto que presentó en 2018 en el museo de Coral Glables, otra ciudad del condado de Miami Dade, sirvió para llevar la electricidad a varios poblados del norte de Guatemala, y antes usó los beneficios de otra exposición para comprar leche en polvo para los niños venezolanos.
Ana Mengotti