Elizabeth MacDonough, la encargada de interpretar el reglamento del Senado de Estados Unidos, asestó este jueves un nuevo golpe al plan migratorio del presidente estadounidense, Joe Biden, al determinar que los demócratas no pueden usar una maniobra legislativa para aprobarlo.
Es la tercera vez que MacDonough se posiciona en contra de uno de los proyectos estrella de los demócratas.
MacDonough, que actúa como árbitro no partidista en lo que respecta a las reglas del Senado, determinó que los demócratas no pueden incluir su reforma migratoria en un plan social de 1,75 billones de dólares que quieren aprobar en solitario a través de un mecanismo llamado "reconciliación".
Esto lo pretendían hacer a través del programa bautizado en inglés "Build Back Better" ("Reconstruir mejor"), que incluye una gran cantidad de propuestas progresistas sobre cambio climático, educación e inmigración.
El plan ofrece un amparo conocido como "parole" a cerca de 6,5 millones, según análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), y permitiría a los migrantes obtener un permiso de trabajo y les protegería de la deportación, entre otros beneficios.
La Cámara Baja ya aprobó en noviembre el plan de Biden con esa propuesta de "parole", porque por ahora no hay apoyo suficiente en el Senado para sacar adelante una ley que dé la nacionalidad a los 11 millones de indocumentados que se calcula que viven en EE.UU., muchos de los cuales fueron considerados trabajadores esenciales durante la pandemia.
Este era el "Plan C" de los demócratas para aprobar un alivio migratorio para unos 6,5 millones de indocumentados. Sus planes "A" y "B" eran regularizar entre 6,7 y 8 de los 11 millones de indocumentados que se calcula viven en Estados Unidos, pero MacDonough también rechazó esas opciones en septiembre.
Los demócratas quieren usar el mecanismo de "reconciliación" para aprobar cambios migratorios porque no pueden conseguir los 60 votos necesarios para aprobar leyes en el Senado: tienen 50 escaños, igual que los republicanos, aunque los demócratas cuentan con el voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris, que ejerce como presidenta de la Cámara Alta.
El Congreso lleva 35 años sin aprobar una ley que permita acceder a la ciudadanía a un gran grupo de inmigrantes.
La última vez fue en 1986, cuando el entonces presidente Reagan, firmó una ley que permitió regularizar a tres millones de inmigrantes indocumentados.
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