Lisboa, 27 may (EFE).- La Unión Europea quiere acelerar la aplicación de nuevas sanciones a Bielorrusia, un paquete que ya está "casi preparado" y que podría ser aprobado incluso antes del próximo Consejo de Asuntos Exteriores del bloque comunitario.
"Tenemos que movernos más rápidamente con las sanciones, los trabajos ya han empezado", dijo el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, en rueda de prensa tras una reunión informal de los cancilleres de los Veintisiete organizada en Lisboa.
Ese paquete de sanciones "económicas y sectoriales" está "casi preparado" y podría ser aprobado por escrito antes del próximo Consejo de Exteriores, previsto para el 21 de junio.
Las posibles sanciones para Bielorrusia, después del aterrizaje forzoso de un avión comercial para detener a un periodista crítico con el régimen de Alexandr Lukashenko, fueron estudiadas durante la reunión informal de ministros, aunque Borrell insistió que no les corresponde a ellos tomar una decisión.
POCOS SECTORES DONDE SANCIONAR
Cuestionado sobre si esas sanciones podrían afectar a las exportaciones de potasio y al gas, el español insistió en que no hay ninguna decisión tomada, pero que "no hay muchos sectores económicos que pueden ser afectados, porque las exportaciones de Bielorrusia están muy concentradas en algunos ámbitos".
"Estamos aumentando la presión sobre el régimen bielorruso para que respete las reglas elementales de la convivencia internacional", insistió el canciller portugués, Augusto Santos Silva, anfitrión de la cita porque Portugal tiene la presidencia rotativa de la UE.
A su llegada a la reunión, el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, ya había insistido en que no quedarían satisfechos "con pequeñas sanciones". "Queremos sanciones que presionen significativamente las estructuras económicas y financieras de Bielorrusia", defendió, y añadió que "sería importante" hablar con Rusia.
"Todos saben que sin Rusia y sin el apoyo ruso, Lukashenko no tendría futuro", dijo.
El titular de Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, fue más allá: "Lukashenko está jugando con (el presidente ruso Vladimir) Putin y ayudándole a anexionarse el país. Por eso debemos enviar señales a Rusia también, de que una anexión no caería bien en Europa", afirmó, y dijo que está "convencido de que Rusia sabía sobre lo que está pasando en Minsk".
RELANZAR PROCESO DE PAZ EN ORIENTE MEDIO
Los ministros mantuvieron además un almuerzo de trabajo en el que participó el titular de Exteriores de Jordania, Ayman al-Safadi, para discutir la situación en Oriente Medio y la reciente escalada de violencia entre Israel y Palestina.
"Estamos de acuerdo en la necesidad de revivir el proceso de paz", aseguró Borrell, que insistió en que mantener el status quo "no es una opción" y reafirmó que la solución pasa por dos Estados.
"Tenemos que desarrollar una solución con una implicación política muy fuerte", subrayó, y dijo que la comunidad internacional no puede continuar soportando el proceso de reconstrucción de Gaza "indefinidamente".
Otro de los asuntos abordados en la reunión es la situación en Mali, que genera "mucha preocupación" en la UE.
"Es necesario respetar la transición pacífica que había sido iniciada y que merece el pueblo de Mali", defendió el alto representante de la UE, que aseguró que por el momento no se va a interrumpir la misión europea de entrenamiento militar al Ejército del país africano.
El Ejército maliense actúa en todo el territorio, por lo que el bloque comunitario cree que interrumpir las misiones "no va a ayudar al país".
La UE quiere reforzar sus lazos con todo el continente africano, que será el más poblado en breve, ya que la cooperación en los foros multilaterales "puede ser todavía mejorada", según Borrell.
Tras la reunión de los cancilleres se celebra en Lisboa, también bajo la presidencia portuguesa, un encuentro informal de los ministros de Defensa de los Veintisiete, con una cena de trabajo este jueves y que continuará el viernes.
En la agenda están las relaciones entre la UE y la OTAN, el apoyo europeo a Mozambique y la inestabilidad política en Mali.
Paula Fernández