Debido a que la pandemia de coronavirus ha alterado la vida de niños en todo el país, el ex jugador ofensivo de los Cincinnati Bengals, Anthony Muñoz, coordinó con la NFL para desarrollar un programa virtual dedicado a estudiantes de escuelas primarias.
De esta manera, organizó el primer campamento virtual de “Characters NFL Play 60”, un programa educativo que combinaba aspectos de la educación física con elementos de apreciación por la diversidad cultural.
Transmitiendo desde Cincinnati, en el hogar de los Bengals, la primera sesión del programa alcanzó a aproximadamente 500 estudiantes y 66 aulas escolares en todos los Estados Unidos.
“Como todo lo demás, tienes que hacer ajustes y hacer las cosas de una manera nueva”, dijo Muñoz. “Pensamos que si podíamos llegar a los niños virtualmente, seguimos adelante, nos reunimos con la liga y llegamos a un acuerdo”.
Muñoz ha organizado alrededor de 15 campamentos de Characters Play en persona cada año durante la pasada década con el fin de enseñar a niños y niñas sobre el fútbol americano, su pasión. Esta es la primera vez que se realiza a distancia.
Incluso en el formato virtual, el campamento utilizó como recurso una serie combinada de demostraciones en animación y video para explicar cómo llevar el balón de fútbol de forma correcta y eficaz, “cerca de sus hombros”, así como otras lecciones donde describió movimientos y técnicas básicas para varias posiciones de la disciplina.
Dialogó de forma más íntima sobre la importancia emocional que el fútbol ha tenido en su vida, y tras finalizar el campamento virtual, compartió una conversación con la reportera de los Arizona Cardinals, Lisa Matthews, mostrando orgullo por su herencia hispana.
Durante esta conversación, fue directo al decir que a pesar de haber nacido en los Estados Unidos, sentía identificarse como mexicano.
“Igual a muchos de nosotros, quienes somos de segunda o tercera generación, sentimos una identidad nacional americana pero a la vez un lazo fuerte con mis raíces”, dijo.
Recordó el valor del esfuerzo y la perseverancia, y compartió su historia desde Ontario, California, hasta el Salón de la Fama de la NFL.
“Cómo hispano, comencé con béisbol, jugaba fútbol con mis compañeros después de clases, pero no de forma organizada. Una vez en la secundaria, un entrenador vio mi potencial y de ahí me desarrollé en un deporte que tradicionalmente no abundan los jugadores hispanos”.
Elegido para 11 Pro Bowls consecutivos y nombrado All-Pro 11 veces consecutivas desde 1981 hasta 1991, destacó como Lineman Ofensivo del Año de la NFL en 1981, 1987 y 1988, y Lineman of the Year de la Asociación de Jugadores de la NFL en 1981, 1985, 1988 y 1989.
Se perdió de solo tres partidos por alguna lesión.
Su rigurosa rutina de ejercicios incluía una adicional en la sala de pesas que había instalado en su casa, y corría de tres a cuatro millas todos los días.
Estableció altos estándares personales y trabajó incansablemente para lograrlos y llegar así al salón de la fama.
